La ciencia de la biodiversidad y el cambio climático
Multilateralismos.
¿Son útiles o es puro greenwashing?
En un mundo globalizado,
donde todos estamos interconectados, la necesidad de organismos plurinacionales
es obvia. Las acciones que se puedan dar a miles de kilómetros de distancia
pueden derivar en consecuencias directas en el día a día de cualquier ser
humano. Este “efecto mariposa” se hace aún más evidente cuando hablamos del
cambio climático. Las consecuencias de la acción humana no son localizadas, sino
que son globales. Es decir, que China emita el 33% de los gases de efecto
invernadero1 no solo repercute al país oriental. Estas emisiones,
hacen que el planeta tierra en su conjunto se caliente, provocando variaciones climáticas
con desastrosas consecuencias meteorológicas en cualquier parte del mundo. De
la misma manera, el cambio climático está provocando que ciertas zonas del
planeta, donde, en muchos casos, las emisiones de gases de efecto invernadero
son nulas, dejen de ser habitables. De hecho, un reciente estudio del IPCC
indica que la tierra no será habitable para 2050 si no cesan las emisiones de
CO22.
No obstante, no
tenemos que mirar al futuro para ver las consecuencias del cambio climático. Ha
día de hoy, sus letales consecuencias son visibles con fenómenos meteorológicos
extremos, incendios, reducción de agua potable disponible, pérdida de
biodiversidad… siendo tanto las causas como las consecuencias globales. Además,
las migraciones forzosas provocadas los fenómenos descritos son una realidad.
En este contexto,
la necesidad de colaborar entre países en mitigar las emisiones parece clara,
siendo las causas y consecuencias compartidas. Sin embargo, una y otra vez,
observamos que la colaboración gubernamental no se traduce en una acción directa
mientras que los poderes económicos son los que dictan la agenda global3.
Año tras año, las
cumbres mundiales del clima (COP) han perdido su credibilidad social. Los
discursos y eslóganes llenos de palabras bonitas no se han traducido en
acciones directas durante la última década y el activismo medioambiental exige
cambios inmediatos4. Además, por si la inacción no fuese suficiente,
las COP como la de Madrid han estado patrocinadas por multinacionales
contaminantes, lo cual es la definición más literal de greenwashing5.
Llegados a este punto, es normal que el descontento social provoque desconfianza hacia las alianzas mundiales y los multilateralismos. Sin embargo, la colaboración ciudadana, el activismo y la presión social conjunta se distinguen como las únicas opciones para hacer frente a unas oligarquías que dominan la salud del planeta a su antojo.
2,https://www.ngenespanol.com/ecologia/que-dice-el-reporte-ipcc-2022-cambio-climatico-tierra-planeta/
3.https://migracionesclimaticas.org/
5.https://www.publico.es/sociedad/cop-25-empresas-patrocinan-cop.html
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