Tarea 4 – Periodismo científico

 Los ‘chupapiedras’ obtienen, al fin, su reconocimiento llevándose el igNobel de química y geología

 

La 33 edición de los premios más divertidos de la ciencia, los igNobel, han premiado la labor de geólogos y paleontólogos dedicados durante décadas a la difícil tarea de lamer piedras para realizar su caracterización físico-química.

A mediados de septiembre de este 2023 se ha celebrado de manera virtual, como se lleva celebrando desde la pandemia del Covid-19, la gala de los premios igNobel. Estos premios, como indica su web oficial, fueron creados para trasmitir conocimiento mediante la más pedagógica de las expresiones emocionales: la risa.

El aura de grandeza que siempre ha rodeado el mundo de la ciencia y los científicos no siempre juega a favor de la investigación como indican desde igNoble “A lot of good science gets attacked because of its absurdity. A lot of bad science gets revered despite its absurdity.” Por ello, este evento se ha consagrado dentro del mundo de la comunicación y divulgación científica. Las temáticas de los premios suelen variar un poco de año a año dependiendo de la actualidad y, sobretodo, de las candidaturas recibidas.

Los químicos, al igual que los físicos, siempre han sido científicos respetados en cualquier ámbito. De hecho, son las dos ciencias puras con categorías propias en los premios nobel (Los de verdad). En contra, los geólogos, siempre han sido blanco de muchas de las chanzas dentro y, no tan dentro, del mundo de la ciencia como se puede ver en algún capitulo de “Big bang theory”. Pero este 2023, los igNoble han premiado la geología, reconociendo la labor de miles de “chupapiedras”.

El premio ha sido otorgado al investigador polaco Jan Zalasiewicz por explicar de forma distendida, cómica y, sobretodo, atractiva por qué muchos científicos se han dedicado a lamer piedras durante décadas. Explica el científico que al lamer y humedecer de esta forma las rocas, los minerales y las texturas, ocultas sobre la superficie rugosa y polvorienta, se hacen visibles. A día de hoy una acción tan primitiva como lamer una piedra no está bien vista por nadie y menos aún en el mundo grandilocuente de la ciencia. Sin embargo, como apunta el propio científico, acciones tan primitivas como la de lamer rocas son las que hicieron que nuestros antepasados se convirtiesen en expertos en estratigrafía través, literalmente, del gusto.

Esta forma de divulgar conocimiento, banalizando la ciencia en muchos casos, es una tendencia al alza. Los premios “igNoble” buscan atraer a un publico saturado de información sería y aburrida (malentendida como rigurosa y veraz por el simple hecho de ser seria) mediante la broma o el chiste, es decir, “clownificando” la ciencia. De esta forma, apelan a uno de los instintos más primarios del ser humano para que, de forma automática, la información quede codificada en el cerebro.  

En este sentido, son varios los proyectos, que, siguiendo esta dinámica de ridiculizar y banalizar la ciencia, hacen divulgación, comunicación y pedagogía científica en España. Entre otros los hermanos Venafrente son pioneros en la combinación de ciencia y circo en este país con sus espectáculos de “circociencia”. Mediante la combinación de experimentos espectaculares y sacando a relucir el “clown” que todos llevamos dentro, los hermanos Venafrente comunican ciencia de forma atractiva, manteniendo siempre la rigurosidad y veracidad en sus explicaciones.

Vivimos en la era de la comunicación y la ciencia, tan avanzada en algunos aspectos, se ha quedado un poco obsoleta en este sentido. Por ello, proyectos donde se recortan las distancias (inexistentes pero establecidas) entre la ciencia y la sociedad son más necesarios que nunca. 

Fuentes: 

https://improbable.com/ig/2023-ceremony/

https://www.palass.org/publications/newsletter/eating-fossils

https://circonciencia.es/

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